El efecto «segundo libro»

O la fina línea entre ser el tío que ha escrito un libro y el pesado de los cojones que ya quiere que le compremos otro.

Cuando publicas un libro, la gente se alegra bastante. Tu familia, tus amigos y tus compañeros de trabajo te van a felicitar, casi siempre, y a hacerte la pregunta definitiva, la que más escucharás en tu carrera literaria. No, no es cuáles son tus influencias o cuánto tiempo dedicas a escribir.

Es ¿cuántas páginas tiene? Esto da para otro artículo, la verdad.

Esas personas van a comprar tu libro porque les caes bien, porque es novedad y un poco por si acaso algún día te haces famoso. Los primeros días vas a firmar más libros que si estuvieras en la Feria.

Pero que no te llame a engaño, todavía no eres un best-seller, eres el tío raro que ha sacado una novela. Cuando saques la segunda, especialmente si lo sacas pronto, verás que los ánimos ya no son tan efusivos. Y es normal, ¿eh? Yo tampoco me compraría dos libros de un conocido en dos años a no ser que el primero fuera una obra maestra.

Total: la ley del pesado que escribe dice así.

Tu primer libro vas a colocárselo a muchas más personas de tu círculo que el segundo.

Afortunadamente siempre habrá gente más cercana que leerá todo lo que publiques (peor para ellos, oye) aunque también piensen que eres un pesado y les dé vergüenza decírtelo.

Deja un comentario